Transformación
Esperaba la verde de manera un poco
impaciente. Siempre demora mucho para cruzar dieciocho, y alcanza para pasar de
una vereda a la otra sólo si se camina con paso ligero. Por fin, cambió el
semáforo y comencé a andar, al principio despacio; pero la calle me parecía
larga, interminable. Sin darme cuenta comencé a correr, temía no llegar a
tiempo, pero más bien saltaba, no podía controlar mis piernas, iba en un zig -
zag.
Llegué a la otra acera con la lengua
afuera y riéndome de mi misma. La gente me huía, sin entender vi mi reflejo en
una vidriera, me había convertido en hiena.
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